Cómo unas lupas ergonómicas, unidas a una ligera linterna frontal inalámbrica, ayudaron a optimizar las intervenciones quirúrgicas de un cirujano y sus pacientes.
Para el Dr. Yaniv Ebner, otorrinolaringólogo pediátrico, realizar complicadas intervenciones quirúrgicas en los oídos, nariz y garganta de los niños se había convertido en un dolor de cabeza. Y en la espalda.
El Dr. Ebner es Director del Centro de Otorrinolaringología Pediátrica y Paladar del Centro Médico Meir de Israel, y Presidente de la Sociedad Israelí de Otorrinolaringología Pediátrica. Con más de una década de experiencia en su especialidad, y sus habilidades como cirujano e instructor muy solicitadas, el Dr. Ebner era consciente de que el dolor punzante en el cuello y la espalda había empezado a mermar su productividad general. Empezó a buscar una forma de mitigar esta situación en la que todo es dolor y nada es beneficio.
La situación del Dr. Ebner distaba mucho de ser infrecuente. Según un estudio de 2019 publicado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH), más del 80% de los cirujanos han sufrido lesiones o enfermedades relacionadas con el trabajo por mantener posturas incómodas o estáticas durante operaciones prolongadas. El dolor o las dolencias físicas resultantes pueden provocar una disminución de la producción e incluso amenazar la longevidad de la carrera.
La posición típica de trabajo del Dr. Ebner, como la de otros otorrinolaringólogos, era a menudo estática e incómoda. Permanecía sentado con la cabeza inclinada hacia abajo hasta cuatro horas seguidas, interrumpidas por los esfuerzos y estiramientos adicionales necesarios para realizar determinadas tareas específicas. Al final de la mayoría de las operaciones complejas, sentía la necesidad de hacer una pausa importante, a veces incluso tumbándose para descansar la espalda. Incluso entonces, tras cirugías tan prolongadas, a menudo sólo podía ocuparse de cirugías más sencillas y breves durante el resto del día.
El dolor ocupacional estaba afectando a su salud y limitando su disponibilidad para los pacientes que necesitaban sus conocimientos. El Dr. Ebner sabía que algo tenía que cambiar.
Si viera más, ¿podría hacer más?
A lo largo de su carrera, el Dr. Ebner utilizó lo que él describe como el equipo estándar para los cirujanos de su especialidad: lupas galileanas convencionales (2,5 aumentos) combinadas con el faro quirúrgico del hospital. La linterna frontal, fijada a la cinta craneal del cirujano, era funcional pero aparatosa, con incómodos cables que limitaban el movimiento tanto del cirujano como del personal auxiliar. El Dr. Ebner tenía que ajustar su cuerpo para mantener el equilibrio y el enfoque del casco, lo que se sumaba a la tensión que su cabeza perpetuamente inclinada ejercía sobre el cuello y la espalda.
Un día, el Dr. Ebner encontró en Internet un anuncio de lupas ergonómicas. Había estado buscando un juego nuevo, sobre todo para aumentar el aumento y poder realizar ciertos procedimientos muy delicados. Pero este anuncio se refería menos al aumento y más al bienestar del médico, una perspectiva intrigante dado su persistente dolor ocupacional.
Las lupas Ergo, fabricadas por Admetec, abordaban los dos problemas que investigaba el Dr. Ebner, a saber, el aumento de la visión y el alivio del dolor mediante la mejora de la postura operatoria. Las lupas permiten una posición de trabajo ergonómica y están disponibles en una amplia gama de aumentos. Aprovechando la tecnología de desviación, las lupas Ergo de Admetec permiten un ángulo de declinación real de hasta 60 grados. Esto permite una postura erguida y neutra mientras se realizan procedimientos quirúrgicos, lo que reduce la tensión en la cabeza, el cuello, los hombros y la espalda, minimizando así el dolor y el riesgo de daños a largo plazo debidos a traumatismos acumulativos.
El Dr. Ebner eligió Admetec Ergo 7,5x, triplicando su aumento. Explicó: “Quería tener la sensación de operar con un microscopio sin utilizarlo. Cuando pedí inicialmente las lupas, tenía la intención de utilizarlas sólo para determinados procedimientos, como las operaciones de paladar infantil, en las que sabía que la gran mejora de la visión aumentaría mi precisión.”
“Pero cuando noté la diferencia”, continúa, “empecé a utilizarlas en todas las operaciones. Las intervenciones que antes duraban 20 minutos ahora suelen durar la mitad, porque puedo verlo todo con más exactitud. Después de utilizar Ergo durante algún tiempo, dejó de dolerme la espalda y pude hacer dos operaciones complejas al día en lugar de una sola. También pude encargarme de cirugías más sencillas”.
Además, el Dr. Ebner sustituyó su engorrosa linterna frontal quirúrgica por la Admetec Butterfly, una linterna frontal ligera e inalámbrica que se fija al puente de las lupas Ergo. “Además de ayudarme a verlo todo”, comparte, “la facilidad logística de la luz reduce el tiempo de preparación, así como las interrupciones que me causaba mi anterior linterna frontal”.
Y continúa: “También empecé a utilizarla en mi clínica, donde no necesito mis lupas pero sí luz para los exámenes. La Butterfly se sujeta a mis gafas y me deja las manos libres para trabajar”.
El Dr. Ebner pudo aumentar drásticamente su productividad, protegiéndose a sí mismo y atendiendo a más pacientes gracias a la adopción de lupas ergonómicas y un faro ligero que las acompañaba. Su nueva posición de trabajo ergonómica, unida a un mayor aumento, mejoró su salud, su bienestar y su ritmo de trabajo, al tiempo que mejoraba su destreza general mediante incisiones más controladas y otras tareas críticas. Menos dolor para el Dr. Ebner significaba más disponibilidad para tratar a los pacientes, y más aumento significaba un camino más fácil hacia la precisión y menos tiempo por cirugía.
Lo mejor de todo es que la posición ergonómica del cirujano le permitía colocar a sus pacientes en una posición correspondientemente ergonómica durante la operación.
“Los otorrinolaringólogos suelen colocar a los pacientes en la Posición Rosa, con la cabeza inclinada hacia atrás, hacia el médico”, explica. “Aunque esto permite al cirujano ver mejor la zona quirúrgica, permanecer estático en esta posición incómoda puede crear dolor e incluso daños a largo plazo en el cuello y la espalda del paciente. Como mis pacientes son bebés y niños pequeños, el riesgo es alto. Algunos de mis pacientes tienen afecciones preexistentes que hacen que la Posición Rosa sea extremadamente problemática, hasta el punto de llegar al riesgo de parálisis. El uso de las lupas Ergo elimina este problema por completo. Puedo colocar al paciente plano sobre la mesa quirúrgica, en posición neutra. Esto hace que la cirugía sea mucho más segura para ellos”.
